23.02.2006. Como en los tiempos de la posguerra, en la UCLA se ha levantado una organización derechista, reeditando el mccarthysmo a través del fomento de prácticas de delación, actividad inquisitorial y listas negras. La “The Bruin Alumni Association”, fundada en el 2005 por Andrew Jones, un egresado de la UCLA, propone un plan a largo plazo dividido en tres partes que pretende 1. documentar todas aquellas prácticas de politización que realizan los profesores, 2. publicarlas y 3. llevar a cabo una campaña de reforma que “salve” a las nuevas generaciones de estudiantes de los educadores anticapitalistas. A partir de su propia incapacidad para debatir sobre las ideas y acciones críticas de profesores con pensamiento anticapitalista y siguiendo la lógica del discurso del Presidente Bush, hace uso del recurso ideológico de la descalificación y la calumnia. Sin escrúpulos  elabora una lista negra con los así llamados “Treinta sucios de la UCLA”, declarados antipatriotas y profesores peligrosos.

No cabe duda de que la paranoia que ha caracterizado a la administración Bush ha permeado a esta asociación neoconservadora que hoy está pagando a  estudiantes por delatar las prácticas docentes denominadas radicales. Como puede leerse en su sitio web “We are paying for top-quality class notes, lecture recordings and other materials…”[1] Se trata de una clara manifestación del pensamiento fascista, de una  repugnante persecución a profesores que han dedicado sus esfuerzos a contribuir desde el ámbito educativo en una lucha contra la opresión del capital.

Evidentemente, uno de los objetos del acoso es la pedagogía crítica subyacente en las prácticas docentes de estos profesores, la cual apunta hacia lo que Paulo Freire llama concienciación, como un medio que sirve no sólo para develar los mecanismos de la hegemonía del capitalismo, sino también para conformar perspectivas y acciones contrahegemónicas.

Por otra parte, una de las motivaciones de la asociación es la de mantener en la Universidad un ambiente de neutralidad ideológica, sin embargo es necesario reconocer que la decadencia del positivismo se lleva consigo la tesis de la neutralidad en el ejercicio educativo, dado que jamás la educación será un proceso neutral, en tanto que quienes participan de ella son sujetos históricos condicionados por la clase, la raza y el género. Así, la práctica docente se ejerce desde posiciones que buscan legitimar el estado actual (de la sociedad, el conocimiento, la ciencia, la tecnología, la política, la cultura, la educación, entre otros) y desde ópticas que lo rechazan, lo critican y buscan transformarlo.

Bajo este contexto, es importante considerar que la pedagogía crítica pone  “el énfasis en no sólo denunciar las injusticias manifiestas del capitalismo neoliberal sino crear una fuerza de oposición a la hegemonía ideológica neoliberal”, (Jaramillo, 2005).

Peter McLaren, profesor de la UCLA,  es un educador de izquierda congruente con su pensamiento. Sus obras poseen un potencial crítico hacia el capitalismo en todas sus expresiones. Los aportes teóricos de McLaren han trascendido las fronteras norteamericanas llevando su pensamiento a diversas regiones alrededor del mundo; sus textos han sido traducidos a numerosos idiomas y  han servido como inspiración a una gran cantidad de educadores críticos. Sin lugar a dudas, Peter McLaren es hoy en día uno de los educadores críticos más consistentes en la lucha contra el imperialismo en el ámbito intelectual de izquierda en el mundo.

El discurso de McLaren es una invitación a la reflexión sobre las condiciones que privan en el mundo, pero también es una trinchera para actuar frente a la devastación que han venido generando las políticas neoliberales en los países pobres.

Ante este panorama, es necesario que los profesores anticapitalistas pongan especial atención a los fundamentalismos que están surgiendo en las entrañas de la bestia, así, los educadores críticos mexicanos y particularmente los adherentes a la Fundación McLaren de Pedagogía Crítica, han de sumarse a la lucha anticapitalista en una solidaridad con  Richard Abel, Eric Avila, Adolfo Bermeo, Gary Blasi, Karen Brodkin, Sharon Dolovich, Ellen Du Bois, James Gelvin, Carol Goldberg, Juan Gómez, Sondra Hale, Joel Handler, Jerry Kang, Douglas Kellner, Russell Jacoby, Catherine King, Vinay Lal, Christine Littleton, Saree Makdisi, Jhon McCumber, Peter McLaren, Carole Pateman, Rafael Perez, Gabriel Piterberg, Mark Sawyer, Daniel Solórzano, Paul Von Blum, Robert Watson, Víctor Wolfenstein, Kent Wong, Jhonatan Zasloff, quienes han sido considerados como enemigos de la UCLA.

[1] Ofrecemos pagar por apuntes de clases, grabaciones de conferencias y otros materiales de alta calidad. BAA